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El himno


¿El peruano fue oprimido? Si. ¿La ominosa cadena arrastró? Si. ¿Condenado a una cruel servidumbre? Si. ¿Gimió largo tiempo? Si. ¿Hubo grito callado? Si. ¿Retumbó? Si. No encuentro lo humillante de la estrofa apócrifa. Lo que creo saber es que esta, en realidad, nos pinta mejor de lo que fue, pues vinieron otros a "independizarnos" (el debate no puede acabar ahí, pero estamos hablando solo del himno).

El himno completo, finalmente, con todo y su influencia monoteísta importada de otra cultura, es un monumento (llamémoslo así para no usar "patrimonio") de su tiempo. Borrarlo todo o en parte sería como demoler una huaca o traficar iconografía prehispánica, matar un idioma nuestro e incluso el impuesto, matar nuestras músicas, instrumentos musicales y danzas precolombinas o mestizas, o quemar lienzos virreinales o libros o retablos, o retorcer hechos que hubiéramos querido pero que no fueron en ese momento. 

En fin, es parte de nuestra historia como lo son Pachacutec, Huáscar, Pizarro, Felipillo, Santos, Bastidas, San Martín, Bolívar, Matto, Ugarte, Juana de Dios Manrique y José Olaya, Moyano, y cada persona y comunidad que ha vivido, creado y luchado, que vive e intenta vivir en este país, a pesar de no ser bien libres todavía.

¿Cómo sí nos hacemos libres de verdad? ¿Desde monumentos o desde nuestras culturas y nuestra voluntad? Desde ambas, unas no son sin los otros. ¿Qué sí podemos llamar realmente "nuestro" en donde parece que prima el "mío"?

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