Con el mensaje de Humala, hoy, hemos sido partícipes de una dimisión. Pero horas antes de esta, la Confiep ya había tomado el poder. Y minutos después del mensaje de Humala, la Southern anunció la pausa de Tía María, los tres con el mismo discurso a calco: ellos sí son capaces de gobernar en pro de la convivencia nacional saludable con visión de futuro. Son los civilistas. Así, quedó demostrado quién gobierna, quién pone las reglas, quién las respeta y quién las hace respetar. En un mismo discurso "por la paz", repetido tres veces (o cuatro, contando con el adelanto de Pulgar Vidal en La República de hoy: "no se puede hablar de suspensión pues el proyecto minero no ha iniciado") hemos sido testigos de que hoy, como siempre, somos gobernados por los lemas: "para mis amigos todo, para mis enemigos la ley", y "el mercado se regula solo". Ese supuesto pavor de Humala a que el Estado sea demandado internacionalmente, para mí, equivale a un gol
Ciudadanía y Derechos Culturales