La nueva estructura administrativa que se propone en el nuevo plan de desarrollo urbano de Lima, por un lado, parece una buena y necesaria estrategia de gestión de la metrópolis respecto de sus características homogéneas como el transporte y conectividad, espacios públicos, gestión de riesgos, manejo de residuos, crecimiento físico, zonificaciones y usos, etc. Administrar por coordenadas (NSEO) en vez de comunalmente (por comunidades y comunas) es una alternativa frente a la supuesta inutilidad de tener 43 distritos (con sus respectivas y modernas corrupciones).
De acuerdo con la
lectura del grupo Río hablador, que dio pie al debate (https://www.facebook.com/riohablador,
05/11/2019): “una propuesta así
generaría efectos positivos inmediatos para todos: el gobierno de los distritos
se estandarizaría, la coordinación entre ellos sería más efectiva y se lograría
que exista una mejor distribución de servicios y atención al ciudadano.”
Sin embargo, por
ejemplo, en el caso de Barrios Altos (o si se quiere extender, el Cercado), que
tiene características espaciales y sociales muy peculiares, algo que se reclama
es lo opuesto: la distritalización, contar por fin con una gestión política y
técnica exclusiva para la zona y, sobre todo, por elección vecinal. Barrios
Altos sobrevive entre graves asuntos abandonados e ignorados por décadas pero únicos
de la localidad partiendo de que es parte de un centro histórico vivo con
problemas que nacen de la conjunción patrimonio cultural inmueble-vivienda-comercio
(y sus consecuencias como la tugurización y la salud física y mental, entre otras).
Estoy segura de que el
hecho que Barrios Altos haya tenido y tenga todavía abundante patrimonio
inmueble con mandato de intangibilidad, más la temporada de años de explosión
inmobiliaria, más el incremento de la corrupción en ese sector, es lo que
lamentablemente ha favorecido su abandono por parte del Estado y por parte de la opinión
pública metropolitana (que repite el falso dogma “el Estado no puede intervenir
en propiedad privada”), pues se llevó toda la carga política y económica visible
a suelo aparentemente “nuevo” –sin preexistencias o arbitrariamente sin mayor
valor histórico‒ y, por ende, liberado, sin importar que su contraparte, el suelo restringido e
invisible como el de Barrios Altos, se contagiaría “invisiblemente” de “boom” y
se volvería apetitoso a causa, además, de la mala calidad de la cuestión socioeconómica
de las zonas que lo rodean (comercio mayorista y emprendedores –ciudadanos con
capital + ciudadanos desempleados‒).
En los últimos años se
ha perdido y alienado centenares de bienes culturales y zonas monumentales no
solo por los casi incontables incendios y colapsos estructurales*, sino también
por el estentóreo pero no casualmente oculto tráfico de terrenos por colusión
(otra forma de corrupción) y, obviamente como efecto, se ha dañado y se daña
cotidianamente a los miles de habitantes sin voz ni voto que aun residen y
resisten en el centro histórico, mientras no los desalojan mediante
hostilizaciones y argucias legales (eso también es cotidiano).
Retomando el asunto de
la gestión por zonas, la referencia “Lima centro”, que según lo propuesto
incluye a Pueblo Libre, San Miguel, La Victoria, Lince, Barranco, Chorrillos,
Miraflores, San Isidro, Surquillo, San Borja, Breña, Jesús María, Magdalena, no
es nueva, se usa en estadística o en tiempo de elecciones, por ejemplo. ¿Se
fusionarán distritos y estos se convertirán en localidades? ¿Habría cuatro
municipalidades y ya no existiría la metropolitana?
Otro detalle que
percibió mi amigo, Wili Jiménez Torres, está en la palabra “centro”. ¿Debería
ser en vez de Lima centro, Lima oeste? Según Río hablador, nuevamente, “La denominación
Lima Centro en lugar de Lima Oeste no ayuda a mucho a descentralizar el poder y
la hegemonía social y cultural de una zona que, hace varias décadas, dejó de
ser Lima: Limas hay varias.”
Finalmente, ¿el nuevo
plan de desarrollo urbano será útil en la mejoría de la calidad de vida de la
población del centro histórico? Otra cosa: ¿es participativo? Estas preguntas
las siento como dejavú, pues ya las había hecho a inicios de la ya vieja
historia del otro “nuevo” plan maestro para la recuperación del centro
histórico de Lima por el 2017…
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*Ver datos del Centro de Investigación, Documentación y Asesoría Poblacional - Cidap.
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