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Ley de Uso y Gestión del Suelo Urbano - 1797-2017-CR

Primera página de la Ley de Uso y Gestión de Suelos Urbanos. Enlace: https://www.google.com.pe/url?sa=t&rct=j&q=&esrc=s&source=web&cd=1&cad=rja&uact=8&ved=0ahUKEwipiNy6ruDXAhWLPiYKHbI3BaQQFggmMAA&url=http%3A%2F%2Fwww.leyes.congreso.gob.pe%2FDocumentos%2F2016_2021%2FProyectos_de_Ley_y_de_Resoluciones_Legislativas%2FPL0179720170821..PDF&usg=AOvVaw2WQtP9I191RqZJrepI7tJJ

El gran problema de cada ciudad del Perú, de cada centro histórico, comenzando por la propia capital del país, Lima, es el de la ausencia de una Ley de Suelos. Debido a esta falta, hay una masiva corrupción en cada ámbito de la actividad nacional, pública y privada (considerando entre los privados tanto a las grandes y más pequeñas empresas, como la autoconstrucción y la urbanización antirreglamentaria de asentamientos humanos en toda la amplitud de lo que a asentamiento se refiere).

Debido a esta falta, todos los peruanos que usamos las urbes de nuestro país, somos víctimas del fruto de decisiones arbitrarias y por conveniencia desde lo que implica: nuestra movilidad, el funcionamiento repentino de locales industriales y comerciales por cambios abruptos de zonificación y sin consulta vecinal, la habitabilidad de la ciudad, la acccesibilidad a mobiliario urbano (tachos de basura, postes de iluminación, semáforos, letreros, señales de tránsito, bancas, paraderos, rampas, etc.), la edificación de inmuebles que sobrepasan las alturas permitidas sobre vías angostas, la sobrecarga del suelo y la sobreconcentración de actividades, el empobrecimiento del espacio público a través de reducción de veredas y ampliación de vías vehiculares, la proliferación de un 75% de edificaciones irregulares que afectan la vida de sus usuarios y de la población flotante, el colapso de redes de desagüe, la privatización y obstaculización de espacios públicos (rejas y mojones de concreto), la destrucción y alteración de patrimonio cultural inmueble, el exterminio y reducción de áreas verdes naturales y artificiales, la construcción de obras públicas sin sustento técnico, y un muy largo etcétera.

La ausencia de una ley de suelos nos ha llevado a que no seamos capaces de ejercer plenamente el derecho a la salud (por contaminación y por estrés), al libre tránsito (por exceso de uso de transporte privado y sin orden en el transporte masivo, lo que también es germen de accidentes; además prima el vehículo sobre la vida del peatón), al acceso a la cultura y a la conservación de la memoria (pérdida de patrimonio inmueble), a la vivienda digna (asentamiento constante en zonas de riesgo, desalojos, impactos negativos ante siniestros y desastres, falta de títulos de propiedad, inaccesibilidad a servicios públicos, etc.), al esparcimiento, al trabajo (por localizarse en zonas abandonadas del Estado a través de los municipios), a la seguridad (nuevas zonas residuales, falta de señales o señales mal hechas), la desconexión entre centros de la ciudad (siendo Lima una ciudad policéntrica y que concentra a la tercera parte de toda la población multicultural y plurilingüe del Perú), etc. Y por supuesto, esta carencia ha sido el nicho perfecto para la naturalización y tolerancia a la corrupción en todas sus formas y entre todos los actores de la Nación, sea entre el sector público y privado, sea la de las mafias dedicadas al tráfico de terrenos y al cobro de cupos por seguridad y, lamentablemente, los propios ciudadanos somos quienes mantenemos esta situación al no poder o no saber que tenemos derecho a participar en el funcionamiento adecuado de la sociedad, continuamente.

El Perú entero es un país informal, prácticamente ilegal, donde se desarrollan todas las actividades -en general- con inseguridad, sin orden ni justificación ni salida, mal utilizando el espacio de todos e imponiendo intereses por sobre el bienestar de todos, los que estamos y los que van a estar.

El tener una ley de suelos reglamentada y que se aplique en cada ciudad del Perú será el comienzo de un cambio de vida: de una cultura cruel a una cultura de convivencia saludable y con derecho a la ciudad.

La pueden revisar para que sea aprobada, pues seguramente a la mayoría congresal habrá que incentivarla masivamente.

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