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Gestión del Patrimonio: #MUNA en Pachacamac

Pachacamac es uno de los sitios prehispánicos más importantes del Perú y según la Ley General de Patrimonio debería ser intangible: intangible en el caso de patrimonio cultural material equivale a no alterar el espacio histórico con intervenciones que puedan dañar ni su fisonomía ni su contenido científico. No es intangible en el sentido literal del DRAE (que no puede o no debe tocarse). Esa es una discusión bizantina, aunque a algunos expertos en gestión del patrimonio les guste abrirla cuando les conviene. Para quienes tienen problemas literales con la palabra “intangible”, también pueden usar otra palabra que califica al patrimonio: “inalienable” (que no se puede enajenar).

Máscaras. Museo de Sitio de Pachacamac.

¿Por qué abro este artículo con el asunto de la intangibilidad en condicional? Porque a pesar de que legalmente la zona de Pachacamac es intangible se está afectando setenta y cinco mil metros cuadrados de historia peruana con la construcción del Museo Nacional, que no se sabe a ciencia cierta con qué criterio se eligió a Pachacamac como suelo para soportar la construcción del museo, peor aun, habiendo sido construido recientemente el nuevo museo de sitio, el cual, aunque me consta que museográficamente se lleva de encuentro al anterior, tiene una estructura que definitivamente compite con el Acllawasi y quiebra el paisaje cultural de la zona monumental. Naturalmente algunas personas pueden opinar que no rompe nada, no sé si por una cuestión de estética –que es algo bastante íntimo- o porque están acostumbrados al “roba pero hace obra”, o en este caso específico, rompe pero el museo es urgente.

¿El museo nacional debería estar en Pachacamac? Seguramente que no debería representar problema si partimos del acceso a la cultura a que todo peruano tiene derecho pero al que no todo peruano llega.

¿La distancia es realmente relevante? Si nos quedamos por los próximos cincuenta años incomunicados vialmente con el Sur, obviamente sería un problema presupuestal tener tremendo museo en situación inaccesible para el público interno, pero dudo mucho que ese contexto vial se mantenga, así que el tema de la distancia me parece que se puede dejar de lado.

¿El museo debería estar en el centro? Supongo que una alternativa interesante sería ubicarlo en la Av. Alfonso Ugarte, como paraguas del Museo de la Cultura Peruana. Se podría expropiar inmuebles y hacer toda una hazaña arquitectónica y urbanística en una zona -hoy desperdiciada y maltratada- por la que transitan cientos de miles de peruanos de todas las latitudes. Además estaría cerca del Museo Nacional de Arqueología, Antropología e Historia y del Museo Larco. Sería nuestra isla de los museos. Bien amplia, pero más conectada.

¿Por qué no debe estar el museo nacional en Pachacamac?

Vista del proyecto del Museo Nacional en Pachacamac

Primeramente porque estaría en zona intangible; no debe romperse más la autenticidad de un sitio que aspira a ser patrimonio mundial.
Segundo, por la napa freática; la construcción de los tres sótanos va a requerir de un sistema muy desarrollado de conservación de patrimonio mueble. Ese sistema implica equipos, mantenimiento y, por supuesto, la cantidad idónea de personal calificado y continuamente capacitado en el manejo de esos equipos así como en la conservación, inventario e investigación de los bienes muebles.
Tercero, el sunami. El Arq. Canziani habla de una posible ola que podría afectar el sitio, lo cual implica un minucioso plan de contingencias (como el del Louvre que fue víctima de una inundación este año).
Cuarto, de hacerse el Museo Nacional en Pachacamac muy probablemente perderíamos la riqueza del MNAAHP, que pasaría a ser museo de “historia” (mejor dicho: virreinal y republicano), únicamente, al perder parte de su colección de patrimonio mueble “arqueológico” (mejor dicho: prehispánico).
Quinto, se está privando a la red de museos de mejorar su infraestructura, funcionalidad, efectividad y accesibilidad.
Sexto, si con el Museo Nacional se pretende entregar únicamente una parte de nuestra historia, entonces no es nacional, pues: es prehispánico. Un museo nacional debería tener la fortaleza de ser capaz de contar toda nuestra historia.
Sétimo, museo nacional indiscutiblemente es el de Pueblo Libre, porque allí sí está toda nuestra historia: la prehispánica y la posterior. El MNAAHP tiene que seguir mejorándose, en definitiva, y espacio para eso hay, hasta donde tengo entendido. El problema con el museo de Pueblo Libre sería la conectividad vial y el espacio de estacionamiento, pero si miramos nuevamente hacia esa creatividad de la que se jactan tantos, no lo veo como amenaza sino como oportunidad, después de todo, dicen respecto de la movilidad exactamente lo mismo para hacer el museo nacional en Pachacamac.
Octavo, no es sensato tener dos edificios en zona intangible. Con el museo de sitio de Pachacamac basta de intervenciones en el lugar.

Vista desde el nuevo Museo de Sitio de Pachacamac

El Museo Nacional tendría que ser algo bien hecho, como proceso y como museo, no un capricho que justifique cualquier medio y en donde sinceramente no he encontrado, hasta el día de hoy, argumentos de peso.

¿Que han pasado veinticinco años y a como dé lugar debemos hacer el museo?, no es argumento, pues el apuro siempre conlleva a errores. Y los errores obvios serían alienar el sitio patrimonial y arriesgar la colección. No son poca cosa.

Aparte de todo lo enumerado, y desde mi punto de vista, el impacto más importante sería el de la profundización de la fractura entre nuestros hitos históricos: lo prehispánico y lo posterior, lo cual ya es una brecha manifiesta de desconocimiento nacional entre nuestras poblaciones regionales y locales: discriminación, racismo, elitismo y demás muestras de superioridad, inferioridad, complejos y prejuicios, todo lo cual nos dificulta las posibilidades de diálogo, intercambio, comunicación y encuentro de consensos ante diversas coyunturas habitualmente conflictivas. ¿La distancia física entre nuestros polos culturales prehispánicos y virreinales y republicanos ayudará a cerrar la brecha cultural?

Nuestra historia es una y debería estar unida como elemento material de esa unidad identitaria de la que carecemos.

Finalmente, creo que deberíamos empezar a tratar de reconocer lo valioso de la calidad en nuestros procesos y la ética en las gestiones, en vez de sucumbir como siempre a inmediatismos y a considerar la participación como algo prescindible cuando conviene.

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