El
viernes 16 de setiembre, durante la madrugada, Cusco, el Perú y el mundo han perdido gran obra
artística barroca a causa de un incendio en la iglesia de San Sebastián en
Cusco. Dicen las noticias que los bomberos se demoraron en llegar y que no
había agua en los hidrantes para combatir el fuego. Los vecinos sacaron del
local lo que pudieron, según se ve en un video colgado en Facebook. También comentan
que el incendio habría sido provocado porque previamente podría haber habido un
robo de estas obras y, para borrar evidencias, habrían prendido fuego. Supongo
que el Ministerio de Cultura debe estar rastreando los bienes que podrían haber
sido robados, por si acaso, y espero que no cejen hasta tener pruebas
concluyentes acerca de qué se perdió y qué no.
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http://rpp.pe/peru/cusco/incendio-devoro-lienzos-de-diego-quispe-titto-en-san-sebastian-noticia-995424 |
En
Lima estos incendios consumen nuestros edificios emblemáticos así como los que
configuran el perfil urbano histórico de nuestra ciudad patrimonial, monumentos
declarados y también presuntos, con una frecuencia que raya en lo absurdo de las
indiferencias institucionales, la corrupción generalizada y las carencias
ciudadanas que se acostumbran a inseguridades físicas permanentes.
Casi
siempre los motivos de los siniestros son fallas eléctricas (pero también
inundaciones dirigidas). Parece que esa misma causa fue la del incendio en la
iglesia de San Sebastián, la cual había sido objeto de delicada restauración en
los últimos años y, personalmente, nunca conoceré, aunque en mi caso no es
difícil acercarme a nuestra historia por puro interés natural por los libros, posibilidad
que sigue siendo un privilegio para la mayoría de peruanos, cuando ciertamente
es un derecho cultural -un derecho humano- acceder a nuestra cultura y conocer
nuestra memoria.
Acceder
a nuestras culturas y conocer nuestra memoria no implica ser defensor de
eventos ni de ideologías ni de dogmas, simplemente implica reconocer nuestra
igualdad en nuestra diversidad sociocultural, implica la urgencia de tener
herramientas que nos ayuden a ser capaces de comunicarnos sino en el mismo
idioma, mediante nuestros otros lenguajes más fluidos: las tradiciones, las
artes, las diversas formas de expresar nuestras ideas y nuestros anhelos
comunes hacia el futuro. Y esas tradiciones, artes, expresiones y anhelos están
desde hace miles de años hasta hoy, materializados en patrimonio cultural mueble e
inmueble, como libros abiertos que nos gritan de manera cotidiana quiénes
somos, qué nos pasó y qué querríamos como comunidad que suceda, así no queramos
escuchar o creamos que no es necesario escuchar.
Prevención
Hay
formas de prevenir estos eventos trágicos: análisis, probabilidades, estudios,
planificación, proyectos, monitoreos inopinados, recomendaciones, etc., para la instalación y mantenimiento
de redes eléctricas según las normas de seguridad que ameriten ser dispuestas
en inmuebles históricos, así como para lo que son instalaciones sanitarias, e
incluso eventos ocasionados por factores climáticos y geológicos. A estas alturas de nuestra
era de alta producción tecnológica e informativa es posible prevenir efectos e impactos.
Respuesta
ante siniestros en patrimonio cultural inmueble
Sin
embargo, al parecer, Defensa Civil no se da abasto o solo se preocupa por cumplir
rápidamente con la entrega de certificaciones de diversos sistemas de seguridad
para el sector privado (micro, pequeño o grande) y los simulacros públicos de
sismos, sin influir positivamente en lo que es la seguridad doméstica o de edificaciones y espacios públicos. Y los bomberos tienen una actividad que linda con el heroísmo. Pero no
tenemos protocolos para responder ante siniestros en patrimonio. ¿Un incendio
en una casa de adobe y/o quincha, se puede/debe apagar con agua? ¿Y en una
iglesia repleta de madera y lienzos con siglos a cuestas, se puede/debe apagar
con agua?
Es
a partir de este último siniestro tan significativo en nuestra historia que ya debemos urgir a
las instituciones que tienen competencias en conservación del patrimonio y a
las instituciones encargadas de saneamiento que diseñen uno –o quizá más-
protocolos de respuesta ante siniestros en patrimonio cultural inmueble, sean
por sismos, inundaciones, vientos o incendios. Los incendios son más frecuentes que los
sismos, todavía, y teniendo un patrimonio tan rico, lo estamos perdiendo como
si tuviéramos sacos picados repletos de céntimos que van cayendo continuamente.
Es
hora de diseñar esos protocolos, conjuntamente: Ministerio de Cultura, Unesco
Lima, Icomos Perú, Ministerio de Vivienda, de Transportes, Colegios de
Arquitectos, de Ingenieros y de Arqueólogos, escuelas de restauración, Defensa
Civil y Bomberos.
Los
siniestros pueden prevenirse, previniéndolos pueden reducir su frecuencia, pero
no se van a dejar de dar eventualmente. Por eso es primordial, ya, contar con
protocolos para hacer frente a estos y no seguir creando lagunas históricas en
la memoria de todos los peruanos.
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http://ojo.pe/ciudad/cusco-templo-san-sebastian-se-hace-cenizas-tras-voraz-incendio-fotos-228195/ |
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