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#Toma El By Pass y los Grandes Conflictos Limeños

Desde el 6 de marzo de este año (aproximadamente) se empezó a cercar la berma central de la Av. 28 de julio por la entrada al Parque de la Exposición y por Petit Thouars. Inmediatamente un grupo de personas independientes, mayormente jóvenes y sin color partidario empezaron a demostrar presencialmente su desaprobación al "proyecto" (sin expediente técnico, gestionado con un fideicomiso de otro proyecto, y sin autorizaciones expedidas por varios organismos públicos). También se marcaron con "X" en color rojo los árboles que serían extraídos de la zona para un supuesto traslado (ceibos y palmeras).

La gente había estado alerta ya que en enero se anunció la intención de ampliar la avenida Benavides y, luego, en febrero, se anunció también el propósito de ampliar y dejar sin árboles ni ciclovías la avenida Salaverry.

Lo mismo: proyectos obsoletos, sin respaldo técnico de ningún tipo y sí mucha población directa e indirectamente afectada en contra. La propuesta edil para Salaverry se perdió en la calle con plantones y con algo de bulla mediática, ya que la decisión no figuraba como que proviniera de la cabeza del partido Solidaridad Nacional, sino de un alcalde distrital que salió por las patas de los caballos al inmolarse por su jefe, quien habría estado tanteando reacciones en carne ajena, supongo.

Cuando sucedió lo del anuncio del by pass de la avenida 28 de julio, la gente estaba ya dispuesta. Ya todo exigía acción real y eso lo comprobaba el hecho de que las redes sociales virtuales no eran el tope, la reciente derogación de la "ley pulpín" (ley del régimen laboral juvenil), y haber vencido la imposición de la ampliación de la avenida Salaverry. Ya estábamos seguros de que democracia no es solo votar cada cierto tiempo por variados corruptos más y menos malos, sino que en la calle también tenemos derechos constitucionales que ejercer libremente.

En los días de la arbitraria ampliación de la avenida Salaverry, se aproximaron con interés algunas de las personas de las "zonas" que se formaron y lucharon contra la absurda ley laboral, que ganaron en las calles con cinco marchas multitudinarias de universitarios que, durante su acción ciudadana, entre enero y febrero de este año, fueron golpeados por la policía dentro de una política de facto de criminalización de la protesta.

Así, ya olía a Conga en Lima. Y no sería nada celebrable, ya que de Conga han resultado muertos y heridos de una población que en papeles tendría los mismos derechos que ejercemos en Lima (o creíamos que ejercíamos), pero que no son reconocidos por cuestiones de racismo y conveniencias económicas. Sin embargo, Conga es un símbolo de lucha, de todos los conflictos que hay en el Perú y, lo peor, cómo se gestionan desde el Estado y desde grandes empresas privadas con prestigio de marca.


Conga también se ha replicado en Miraflores, otro distrito importante de Lima en el que "pareciera" no haber conflictos, pero sí los hay, y las muestras son el proyecto de estacionamientos subterráneos en el parque principal y en zona monumental, conflicto que tiene por lo menos cuatro años y que he vivido, así como la construcción de un hotel previa demolición de un edificio republicano en la misma zona monumental. Otro conflicto recién detonado se desarrolla en la playa La Pampilla, de la intangible Costa Verde, donde tablistas y playeros se han rebelado contra la gestión de la MML al punto de que la policía se atreve a desalojarlos del mar mismo, por órdenes sospechamos de quien.

En el caso de Miraflores, según la selectiva memoria del limeño (más tendiente a la amnesia y evasión), quizá en vez de Conga debería decirse que ha sucedido un Tarata: allí nadie se entera de la realidad hasta que la bomba explota en casa. Y es lamentable y triste, porque ese atentado terrorista se llevó injustamente gente amada para siempre.

El Perú está tapizado de conflictos socioambientales, de uso de suelos, de corrupción, culturales (racismo), pero eso solo se veía un poquito por la tele, con el prejuicio arraigado de "estos salvajes no quieren progreso". En Miraflores ya se siente que para el Estado, en cualquiera de sus niveles, todos somos "esos salvajes" cuando nos agarran por donde nos duele.

Respecto de Tarata, las heridas se han cerrado con hilo de araña, ya que realmente la gestión de la memoria es decadente, gracias al Estado y gracias a la gente. En ese sentido, vale la pena recordar otro importante conflicto miraflorino: el del que inicialmente se llamó Museo de la Memoria y hoy se llama Lugar de la Memoria, de la Tolerancia y la Reconciliación, financiado por el Gobierno Alemán en su experiencia de posguerra. Varios miraflorinos, desde hace alrederor de seis años y en la actualidad, rechazan y deploran ese nuevo espacio (hoy ya funcionando) de conmemoración, porque aseguran que es para "homenajear terroristas". Y se refieren por supuesto y específicamente, a los que pusieron los dos coches bomba en Tarata en 1992. Lima recién caía en cuenta, después de los 10 años "oficiales", de que se había desatado una horrenda guerra interna (bien interna, sangrienta y lejana), que fue promovida por un grupo de personas mentalmente perdidas para siempre, aun vivas y estaría segura de que sin intenciones de cambiar ideologías genocidas. Pero el objetivo del Lugar de la Memoria no es homenajear terroristas, sino sencillamente no olvidar eso de lo que somos capaces en lo más oscuro del ser humano y que, por más que queramos, si no miramos para atrás, ese estado no va a cambiar y encima se va a repetir hasta rayarse.

Y Conga terminó de llegar a al virreinato con la Acampada 13A, iniciativa ciudadana de resistencia con arte y ciencia (y bastante buena onda).

La Acampada 13A de Toma El By Pass ha cumplido tres semanas de resistencia y no ha perdido fuerza, a pesar de que se ha tenido gente detenida y herida. En realidad es más que de agradecer que gente joven se sacrifique al punto de poner el cuerpo delante de varios policías totalmente protegidos y armados, que se sacrifique tomando la plaza, durmiendo en ella, ante el peligro constante de una arremetida policial, y encima, con la suficiente viada para organizar eventos culturales e informativos para la población en la plaza.

Con la toma de la Plaza Bélgica se está demostrando una capacidad de ciudadanía que produce una esperanza de cambio en la gestión pública, impresionante. La toma exige la paralización de la obra y liberación del espacio nuevamente, pero no es exclusivamente por ella, pues sabemos que como este, hay muchos casos más de autoritarismo y corrupción.

La toma es por la evidencia del patrón nocivo de la gestión pública en lo que respecta a uso de espacios públicos, seguridad, transporte masivo, áreas verdes y naturales, uso de suelos, prevención de riesgos, servicios básicos, monumentos y patrimonio cultural (memoria), democracia, transparencia, acceso a la información, a la cultura, inversiones legales, en fin: desarrollo sostenible.

¿Qué se ha logrado a corto plazo con la toma?

Que la ciudadanía esté informándose técnicamente en la plaza, a falta de objetividad en medios masivos.
Que los vecinos de la zona se hayan unido al saque y hayan empezado a empapelar a la MML, juntos.
Que un espacio que ya es residual (de riesgo, inseguro) por las altas vallas metálicas que se han puesto formando ocho callejones oscuros, sea un espacio vivo, de esparcimiento de aprendizaje, de intercambio, en el que la población transita sin peligro.
Que haya una reducción en la aprobación al gobierno municipal.
Que se unan los universitarios de las facultades de arquitectura de Lima.
Que el CAP haya emitido, aunque tibiamente, un pronunciamiento a la MML (eso presumo que puede ser por la situación de CAPECO y la CONFIEP...).
Que la UNI, la PUCP, sus docentes y alumnos, e Icomos Perú hayan publicado pronunciamientos.
Que los alumnos y catedráticos de la UNI hayan organizado y participado del importante Debate por Lima al que invitaron a la MML para ampliar horizontes.
Que los limeños empecemos a reconocer y hacer valer nuestros derechos, y también que respetemos los de los otros.

¿Qué preguntas hay?

Si no existe el total de autorizaciones y la obra no tiene permisos, ¿por qué arriesgan a la población tras cercos antes de poder ejecutar la obra?
¿Por qué invierten nuestro dinero en obras obsoletas?
¿Por qué invierten en infraestructura sin permiso de obra?
¿Si multan a la MML, pagamos nosotros o el vuelto de Comunicore?
Seguro habrá más preguntas.

Si se desaloja a los acampantes: la obra con o sin permiso se empezará a ejecutar, además, la Plaza Bélgica quedará a merced de delincuentes gracias a las vallas.

Estas han encerrado los barrios de esa plaza, el parque Hernán Velarde, y han aislado los edificios que hay frente al Parque de la Exposición y sobre la avenida 28 de julio. Inclusive se ha obstaculizado rampas de acceso para personas con discapacidad física.


El tema es largo, en realidad antiguo y por fin suena.



Se tiene que paralizar la obra del by pass y las que haya que sean tan injustas como esta. Tiene que haber democracia de verdad y cero corrupción.




El viernes 8 de mayo a las 6, desde el Parque Neptuno parte la marcha convocada por la UDEAL - Unión de Estudiantes de Arquitectura de Lima.







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