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Literatour Mario Vargas Llosa

Este es únicamente uno de los tantos ejemplos tristes con que cuenta Miraflores. Obviamente, no todo lo que ha ocurrido para mal, ha sido bajo la administración actual pero, lo que sí es evidente, es que tienen mucho más presteza que las anteriores gestiones para desarrollar la supresión de la memoria miraflorina.
Esperamos la amable respuesta del burgomaestre y su invitación a conversar con él, sobre un compromiso para la protección y puesta en valor de las zonas monumentales de Miraflores (que sí las tiene, no como desafortunadamente aduce la señora Gerenta de Autorización de Control, Rossana Raffo, con quien Fátima y yo, ya nos hemos reunido).
Publicaciones en el muro de Facebook del  Señor Jorge Muñoz, Alcalde de Miraflores:
Buenas noches señor Muñoz, por curiosidad, cómo funciona la Literatour Mario Vargas Llosa, si:

1.- El malecón Balta: NO EXISTE
2.- El colegio Champagnat: NO EXISTE
3.- El Parque Salazar: NO EXISTE
4.- Colón y Ferrer: NO EXISTEN
5.- Av. Benavides: NO EXISTE, etc.

No existe muchísimo de Miraflores y, por ejemplo entre varios casos, está el del Dr. Puccinelli, que es muy mayor y está aterrado con las demoliciones (que se hacen sin revisar estudios de impacto en Miraflores, y sin interés en el valor histórico de un distrito con zonas monumentales establecidas).

Lo de los estudios que no se revisan nos lo dijo Rossana Raffo a Fátima Rodríguez y a mí en una reunión en la Municipalidad, en su oficina. Además, dijo que se daba lo mismo en San Isidro, que fue donde trabajó antes.

¿Tienen algo que ver en el camino quienes se animan a ir a la Literatour Mario Vargas Llosa?

Agradeceré su contestación.

Saludos,
Anahí Vásquez de Velasco.
De Fatima Rodriguez Serra:

La inexistente ruta turística Mario Vargas Llosa
Se supone que se inicia en la hoy maceta gigante llamada Parque Salazar.
Él recordará un parque con más de 40 árboles (ahora no hay ninguno solo cuatro palmeras moribundas), con una hermosa bajada hacia la playa (que existe sólo en las maquetas), una pileta artificial que invitaba a pensar (que a veces funciona y muchas se rebalsa), posiblemente también evoque una que otra tarde patinando en la Concha Acústica o escuchando algún concierto de piano de los días jueves (parte incumplida del contrato de ese centro comercial que la Municipalidad de Miraflores obvia).

Luego pasearan por la calle Diego Ferré, cuyas casas, máximo de dos pisos, estaban protegidas por algunas coloridas barandas de madera de un metro de alto que siempre permanecían abiertas, apreciando entre la pista y la vereda un pequeño retiro con césped y plantas, con muchos árboles frondosos en el horizonte. Hoy en esa calle sólo hay antiestéticos edificios, casi no se ven árboles maduros, los vehículos estacionan en ambos lados de la vía, y la mayoría de las casas viven enrejadas o con muros de cemento que impiden mirar sus fachadas.

Seguirán por la calle Porta, entre Benavides y Shell, céntrica vía, actualmente repleta de desordenados negocios de venta de comida y alcohol, al pie de la vereda, con sonidos estridentes, vehículos estacionados en doble fila, y por las noches mucha gente bebiendo en las veredas, lugar donde se encuentra una hermosa quinta que debió ser enrejada, y cuyo ingreso está prohibido, para seguridad de sus residentes, (es una de las zonas de mayor asaltos en Miraflores), dudo que alguien pueda ingresar para completar el recorrido.

Se continúa con el pasaje Olaya, calle tugurizada con negocios de comida, que ocupan casi toda la vereda, gente fumando y bebiendo, vehículos que al estacionar ocupan lo poco de camino que queda, y donde, justo junto al ex colegio Champagnat acaban de derrumbar la mitad de una clásica casona de comienzos del siglo pasado, quedando su otra mitad mutilada, vista lamentable si se desea fomentar que por esa calle caminaba nuestro afamado escritor.

Si desean caminar por la Alameda Pardo, podrán ver que la placa recordatoria ha cambiado de lugar hasta en tres oportunidades, las huellas de esos cambios se observan en la Alameda, de la mitad de la segunda cuadra, a cerca la esquina y ahora a la primera cuadra, pero igual nadie la ve. Es recomendable evitar permanecer mucho tiempo en la otrora hermosa Alameda, pues luego de dos minutos en la zona, la contaminación ambiental, sonora y visual, lo hará conseguir un dolor de cabeza, impedirá respirar y sufrirá de mareos, con la posibilidad que lo atropelle un ciclista o un skater, debido a que hasta ahora no señalizan la zona, para que estos conozcan su carril.

Y culminará el recorrido en la hermosa casa Museo Raúl Porras Barrenechea, y como están construyendo un edificio al lado, al ingresar a la antigua vivienda, sentirá un constante movimiento de terreno, motivo por el cual el Dr. Puccinelli se encuentra muy preocupado.

Y como bien escribe mi amiga y poeta Anahí Vásquez de Velasco,

¿Tienen algo que ver en el camino trazado con el que miraban Mario Vargas Llosa?

Nada de lo que vivió actualmente existe, todo ha sido demolido y lo que poco que queda en pie, como la Casa Museo Porras Barrenechea, parece que pronto se caerá gracia a una licencia de construcción otorgada por la actual gestión municipal, del Alcalde Muñoz, quién invento lo de la pasear por la inexistente Ruta de Vargas Llosa.

 
Anahí Vásquez-de-Velasco Z.
ARBOLARIDAD MEMORIA/CULTURA/FUTURO
http://arbolaridad.lamula.pe/
 
Pd.: El Perú se ha comprometido nacional e internacionalmente a proteger su historia, destacada por nuestro patrimonio material e inmaterial y, anterior y posterior a la conquista. El Ministerio de Cultura, la Constitución y las convenciones internacionales, no son romanticismos. La Municipalidad de Miraflores es peruana.

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