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Atentados contra el Patrimonio: Trujillo




La cultura puede ser agredida

viernes, 30 de julio del 2010
En momentos que se espera con expectativas el funcionamiento del recién creado Ministerio de Cultura, una empresa particular perpetra un crimen de lesa cultura contra un sitio arqueológico ubicado en el cerro La Virgen, en Huanchaco.

Lo penoso del caso es que las autoridades del Ministerio Público, convocadas por los arqueólogos que trabajan en la zona y directivos del Instituto Nacional de Cultura (INC), no pudieron hacer absolutamente nada para detener las obras que acometen esos particulares, depredando el lugar.

Es decir, los sujetos que operan maquinaria pesada para la extracción de lava y gravilla, prosiguieron destruyendo el área. Así como usted lo lee. En la más absoluta impunidad.

Esto no constituye un hecho menor, cometido a cientos de kilómetros de la capital departamental en medio de las penumbras y amparado por las autoridades corruptas que son mayoría en La Libertad. No. Esto ocurre a pocos kilómetros de Trujillo, en uno de sus principales balnearios, con la nula preocupación de su alcalde distrital, de su alcalde provincial, del presidente  regional y de todas las demás autoridades que algo podrían hacer para detener este crimen.

Nos preguntamos si este vergonzoso hecho no se convertirá en ejemplo para que quienes decidan depredar cualquier otra área de Trujillo o de La Libertad se sientan con patente de corso para hacerlo. Es más: nos preguntamos si estos hechos pueden ejecutarse con la más absoluta impunidad con la que se vienen haciendo y si ya se dejó librados a su suerte los numerosos restos arqueológicos que abundan en la región, como ocurre con el patrimonio material que hay en la propia ciudad de Trujillo, dejado a manos de depredadores que lo canibalizan e irrespetan.

Sería mejor que las autoridades se pronuncien al respecto, porque las evidencias son muy grandes como para ignorarlas. El arqueólogo norteamericano que está a cargo de las investigaciones en la zona sin duda que informará a sus superiores de lo ocurrido, incluso de que pese a contar con una orden del fiscal de turno no se pudo detener los trabajos.

Seguramente las acusaciones y lavadas de mano estarán a la  orden del día, pues eso es moneda corriente en Trujillo. Pero desde esta tribuna exigimos que se nos informe cómo es que esa empresa cuenta con permiso para operar en la zona. Debido a que nadie da una respuesta, ensayamos la hipótesis de que el municipio distrital de Huanchaco les otorgó la autorización. ¿A mérito o a cambio de qué? Pues es algo que deberán explicar y aclarar pronto.

Todo esto nos lleva a la reflexión de que si no se dota al nuevo Ministerio de Cultura de prerrogativas, autonomía y capacidad de sancionar, estaremos frente a un remedo del Ministerio del Ambiente que no puede detener daños contra su sector. De las autoridades del Ejecutivo depende, desafortunadamente. Porque si fuera por la sociedad civil y la prensa (no de las autoridades ediles o regionales), esto ya se habría arreglado hace rato.
FUENTE:


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Cecilia Oré de Benllochpiquer
Aurei Agrupación Cultural
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