Ir al contenido principal

Artistas peruanos, cine peruano, gobierno peruano y Armando Robles Godoy


 
A pocos he oído o leído que comenten con justicia (estética, ética, objetividad y humildad, sobre todo) la obra de Robles Godoy (1923 - 2010), en vida. Por la mayoría de críticos he sabido que si tal obra fue incomprensible o mala o que no llegó a ningún lado. Otras veces he escuchado o leído lo grande que era como director o como maestro, de algún alumno de su taller o de algún cinéfilo. Pero eso es parte del arte. Tampoco es fácil de olvidar la pluma que tenía. Lo último que leí fue sumamente seductor para mí y nada abandonable. "Un hombre flaco bajo la lluvia", un riquísimo libro de cuentos que no presto (como todos mis libros), pero que pueden venir a leer a mi casa si les interesa, si no lo encuentran en otro lado o si no tienen plata para comprarlo.

Lo que me mueve hoy a escribir, es nuevamente el modo en que se hace referencia a los artistas, en el Perú. Aquí, los medios y el estado se regodean llamando "artistas peruanos" a los artistas acá nacidos que han tenido alguna gloria; pero  como las glorias no son eternas, cuando nos enfermamos o estamos en la última lona porque no pudimos mantener un seguro se olvidan de cómo fue que difundimos, promovimos y creamos en este suelo, a este país.

En gran parte, es gracias a los artistas que han nacido, vivido, producido y muerto en este país y por este país, que en el resto del mundo conocen al Perú, en lo mejor que tiene, gracias a nosotros, y lo peor del Perú es conocido gracias a casi el 99.9% de oportunistas que nos gobiernan año a año (y que lo seguirán haciendo) y que son incapaces de atendernos porque en cinco años no producimos las enormes cantidades de dinero que ellos con sus ventas de tierra a mineras consiguen en pocos días de negociados inmundos.

Es gracias a artistas como Robles Godoy, a Alejandro Romualdo, a Ricardo Salazar, y a  infinidad de ellos, que se conoce todo lo bueno de este país nuestro. Artistas que no solo producen arte, sino que se animan por propia iniciativa a tratar de mejorar la vida de muchos en su tierra, con actividades y llamamientos a la reflexión.

Y ahora, le harán un homenaje cuando ya no le importa ni un pito a su propia alma porque ya se liberó de este mundo. Ya hizo lo que pudo y más que eso ¿y cuántos le prestaron atención? ¿cuántos? Únicamente algunos del sector artístico y cultural. Algunos. Y éso, hace un montón de años.

Es un asco
que nos llamen peruanos y que no tengamos acceso ni derecho a un seguro, que nos tengamos que morir hasta las huevas y que luego nos hagan fiestas. ¿A qué momia le interesa ostentar una medalla? ¿A qué momia le interesa que pongan la bandera sobre el cajón? ¿A qué momia le interesa que la luzcan en procesión en edificios de instituciones del gobierno?

Que dejen de llamar peruanos a los artistas hasta que nuestras vidas sean consideradas con humanidad. Cuando sean capaces de darnos un seguro, ahí que nos llamen peruanos. Cuando nos apoyen para producir y montar obras con no solo carga estética sino con aporte al desarrollo íntegro y profundo y no únicamente económico de esta nación, ahí que nos llamen peruanos. Cuando no nos peloteen endilgándole al sector privado su deber de apoyar a los artistas aquí nacidos, ahí, que nos digan artistas peruanos. Y no me refiero a apoyo financiero sino al apoyo legal: que no nos dificulten el registro de obras, que no sigan permitiendo que nos plagien y que quienes lo hagan sean  sancionados con justicia, que nos ayuden a abaratar costos de producción, difusión, impuestos, etc., que se institucionalice la realización de festivales  de acceso
gratuito para cada rama del arte, que podamos acceder a un seguro  gratuito médico, de vida y sepelio, etc.

Flor de un día

¿Qué pasaría si ese artista grande de hoy, deja de tener reconocimiento en el exterior? Inmediatamente el pueblo entero lo olvidaría, dirían que fue flor de un día, que tuvo su cuarto de hora y mil cosas más, desfavorables. ¿Qué pasaría si empieza a quedarse sin dinero por alguna cosa del azar? Tal vez nunca más podría pagar un seguro. ¿Y qué tal si pasan 40 años, ése artista sigue en esa situación y un día lo encuentran muerto en su casa, como encontraron a Romualdo, por ejemplo? Ah, gran bochinche, gran homenaje, ah, artista peruano que hizo esto y lo otro, que dio a conocer que aquí se produce o que los peruanos producen donde sea, que fulano no solo produjo belleza, sino que conservó tal tradición, hizo conocida tal cosa... y le pondrían una medalla al muerto.

Artistas peruanos. ¿Cuáles? ¿las futuras momias con medalla póstuma? En vez de gastar en fiestas de luto, que nos den un seguro de salud, vida y sepelio. Que promuevan nuestra obra, que nos apoyen con la producción y montaje de obras útiles para la sociedad (con eso último seguro que se les quemaría el cerebro porque el arte en sí, es útil a la sociedad).

Con el deporte es la misma tragedia. Hay que ir a pedir como limosneros para representar al Perú en algún campeonato. Deportistas peruanos. Qué tal concha. Ajedrecistas y atletas tienen que hacer de mendigos en el país al que quieren representar con todo su franco amor y patriotismo.
 
Qué pena y qué rabia que me da cuando escucho o leo "artistas peruanos" si cada gobierno nos ignora y en cambio, por ejemplo, envía a una tropa entera violar un archiconocido centro cultural, para sembrar drogas y hacer la finta de efectividad improvisada y mal dirigida (todo por la imperante y exponencialmente creciente inseguridad ciudadana favorecida por mano de todas las instituciones estatales, todas), o se tumban un monumento que fue hecho con la intención de conservar la memoria de un pueblo entero (que considera que el olvido es el remedio a lo dolorosamente vivido) que sufrió la guerra interna de bombazos y matanzas por miles y miles, como hicieron con la escultura de Jaime Miranda... Abundan ejemplos. Abundan.

Volviendo al arte, ahora quisiera volver a leer qué asnadas biliosas, apresuradas y cretinas, dijeron los grandes, enormes e iluminados críticos de cine del Perú sobre la obra de Robles Godoy. No me olvido de las sandeces de algunos cuando comentaban con soberbia La Muralla Verde hace algunas semanas en el blog de cine de Mario Castro.


Y por último, a ver si a esos que se arañan por las fotos de Robles en desgracia les va a hacer gracia ser artistas, producir toda la vida por amor y vocación, encima, protestar para pedir por derechos e inclusión en el sistema de salud para el resto de artistas, enorgullecerse al decir que uno es peruano, y finalmente morirse y ser condecorado y reconocido tardíamente al interior de un cajón. A ver si esas futuras almas de artistas, festejan sus propias medallitas post mortem desde otra dimensión y piden fotito con el presidente o con el próximo ministro de cultura.

Ahora, quisiera enlazar una entrevista que dio a un diario:
...Incluso sus peores críticos, como los de la recordada revista Hablemos de Cine, le reconocen haber peleado esas leyes.
Es como si me reconocieran que mido un metro noventa. Fueron batallas terribles, pero me han satisfecho mucho. Cada vez que una película peruana tiene éxito, aunque la película no me guste, me divido en dos: como realizador sé que es una cagada, pero como peruano digo “qué bestial”. Parece un poco esquizofrénico, y lo es
... SIGUE

Ciertamente, no coincidí con Robles en algunos pensamientos, pero que fue un completo gran artista e interesado al doscientos por ciento en la mejora de este pueblo suyo, eso es innegable. 

***

Comentarios