Ir al contenido principal

Esto es precisamente lo que pasa con nuestras ciudades

viernes 4 de junio de 2010, por Martin Feliz (del Facebook)

Como te ven te tratan: Teoría de la Ventana Rota


EL EXPERIMENTO:
En el año 1969, se realizó el siguiente experimento de psicología social: Fueron dejados abandonados dos autos idénticos, de la misma marca, modelo y color. Uno de ellos se lo dejó en un barrio pobre y conflictivo mientras que el otro se lo dejó en una zona rica y tranquila.

Resultó que el auto abandonado en el barrio pobre comenzó a ser vandalizado en pocas horas. Perdió las llantas, el motor, los espejos, la radio, etc. Todo lo aprovechable se lo llevaron y lo que no, lo destruyeron. Por el contrario, el auto abandonado en el barrio rico se mantuvo intacto.

Es común atribuir a la pobreza las causas del delito (solo una de las posibles causas ya que pobreza y delito no son necesariamente sinónimos). Sin embargo, el experimento en cuestión no finalizó ahí. Cuando el auto abandonado en el barrio pobre ya estaba deshecho y el del barrio rico llevaba una semana impecable, los investigadores rompieron un vidrio del automóvil del barrio rico. El resultado fue que se desató el mismo proceso que en el barrio pobre, y el robo, la violencia y el vandalismo redujeron el vehículo al mismo estado.

¿Por qué el vidrio roto en el auto abandonado en un vecindario supuestamente seguro es capaz de disparar todo un proceso delictivo?

No se trata de pobreza. Evidentemente es algo que tiene que ver con la psicología humana y con las relaciones sociales. Un vidrio roto en un auto abandonado transmite una idea de deterioro, de desinterés, de despreocupación que va rompiendo códigos de convivencia, como de ausencia de ley, de normas, de reglas, como que vale todo. Cada nuevo ataque que sufre el auto reafirma y multiplica esa idea, hasta que la escalada de actos cada vez peores se vuelve incontenible, desembocando en una violencia irracional, se vive una anomia social.

En experimentos posteriores (James Q. Wilson y George Kelling) desarrollaron la 'teoría de las ventanas rotas', misma que desde un punto de vista criminológico concluye que el delito es mayor en las zonas donde el descuido, la suciedad, el desorden y el maltrato son mayores.

REFLEXIÓN:
Si se rompe un vidrio de una ventana de un edificio y nadie lo repara, pronto estarán rotos todos los demás. La primera ventana rota deja un mensaje: "Aquí no hay nadie que cuide de esto". Si una comunidad exhibe signos de deterioro y esto parece no importarle a nadie, entonces allí se generará el delito. Si se cometen 'pequeñas faltas' (estacionarse en lugar prohibido, exceder el límite de velocidad o pasarse una luz roja) y las mismas no son sancionadas, entonces comenzarán faltas mayores y luego delitos cada vez más graves, sin duda la impunidad es el mejor aliado de los delitos y la violencia.

Si los parques y otros espacios públicos deteriorados son progresivamente abandonados por la mayoría de la gente (que deja de salir de sus casas por temor a las pandillas o delincuentes), esos mismos espacios abandonados por la gente son progresivamente ocupados por los delincuentes.
La teoría de las ventanas rotas fue aplicada por primera vez a mediados de la década de los 80 en el metro de Nueva York, el cual se había convertido en el punto más peligroso de la ciudad. Se comenzó por combatir las pequeñas transgresiones: graffitis deteriorando el lugar, suciedad de las estaciones, ebriedad entre el público, evasiones del pago del pasaje, pequeños robos y desórdenes.

Los resultados fueron evidentes.
Comenzando por lo pequeño, se logró hacer del metro un lugar seguro. Porque el crimen es el resultado inevitable de la combinación de dos factores: las disposiciones criminales de tipo individual y las condiciones de desorden y deterioro público.

Es así, naturalmente, en las grandes ciudades, donde prevalece el sentimiento de anonimato individual. Es diferente en el caso de los pueblos pequeños, donde el sentido arraigado de comunidad genera un ambiente en el que los vándalos sienten que todos los que los miran desaprueban lo que hacen.

El mensaje es claro: una vez que se empiezan a desobedecer las normas que mantienen el orden en una comunidad, tanto el orden como la comunidad empiezan a deteriorarse, a menudo a una velocidad sorprendente. Las conductas incivilizadas se contagian.

Para combatir eficazmente el crimen se impone, entonces, combatir el desorden, el descuido y la anomia social en sus raíces más pequeñas. Esto crea mejores condiciones para aislar y reprimir los delitos mayores.

EJEMPLOS DE PEQUEÑAS VENTANAS ROTAS
En mi país la población no suele ser muy rigurosa en el cumplimiento de ciertas normas, como por ejemplo las de tránsito. Lo paradójico es que esta misma gente al viajar a otros países en donde sí se cumplen con rigurosidad, cambian diametralmente su forma de actuar y se comportan correctamente cumpliendo todas las normas al igual que el resto de los habitantes del lugar que visitan. “Donde fueres has lo que vieres” dice el refrán. Esta situación coincide con el comportamiento descrito por la teoría de las ventanas rotas.

Recuerdo que de niño cerca de mi casa existía un terreno privado no construido ni habitado. Mientras estuvo bien cuidado, nada sucedió. Pero en cuanto el terreno comenzó a dejar indicios de descuido, dejando crecer la maleza por ejemplo, la situación cambió drásticamente. Al poco tiempo las personas comenzaron a utilizarlo de baldío y basurero.

También conozco el caso de gente que no se valora mucho a si misma, demostrándolo indirectamente mediante su forma de vestir desalineada, o su aseo personal descuidado. Esta misma gente luego se sorprende cuando otras persona les demuestra poca valoración. El dicho reza lo siguiente: “Como te ven, te tratan. Si te ven mal, te maltratan. ¿Y si te ven bien?... seguramente te contratan”.

Esto vale no sólo para el orden público, sino para otras muchas facetas de la vida social. Si en una empresa se descuidan algunas normas éticas, el ambiente se deteriora. Si se falsea la contabilidad para pagar menos impuestos por ejemplo, mentir a los empleados puede pasar a ser más fácil. En una empresa donde se trata a los empleados con poco respeto, difícilmente estos últimos traten de la mejor manera a sus clientes.

CONCLUSIÓN:
El filósofo Kant dio hace muchos años una regla muy útil: actúa siempre de modo que tu conducta pueda ser considerada una regla universal. ¿Te gustaría que todos rompiesen los coches, pintasen las paredes, mintiesen, robasen o defraudasen? Entonces esas conductas no deben ser llevadas a cabo, aunque puedan parecer muy tentadoras o agradables.
Adoptar esas conductas nos empeora a nosotros mismos como personas. Como ya dijo otro filósofo, Aristóteles, hace aún más años. Si no quieres ser mentiroso, no digas la primera mentira, porque... la próxima vez será más fácil.

EL DESAFÍO:
Combatir el desorden, el descuido, el desamor hacia el otro y la anomia social en sus raíces más pequeñas… comenzando por nosotros mismos. La primera ventana rota deja un mensaje: "Aquí no hay nadie que cuide de esto"


Extraído de http://crecimientointeriormundial.blogspot.com/2010/06/como-te-ven-te-tratan-teoria-de-la.html

Comentario personal avvz: hoy en día los graffiti sí embellecen por el color y por el mensaje. Ya son parte admirada de la urbe.
.

Comentarios