Si me fuera a morir...

Si me fuera a morir, ya, mañana, creo que podría irme bastante satisfecha.

No he plantado un árbol, pero he pintado muchos.

No he publicado un libro, pero he escrito cinco.

Puedo decir sin vergüenza ni falsas modestias qué soy.

He amado y me han amado.

Sé lo que es el resentimiento y sé que no sirve para nada.

He tenido que pedir perdón y me he arrepentido.

Sé que hay soledades extremadamente tristes y largas y también anheladas y maravillosas.

Se me ha ido gente querida. Los he visto brillar y luego los he visto convertidos en piedras.

He sido dolorosamente infeliz y sé lo que se siente llorar de alegría.

He sentido el castigo gratuito de la sociedad pero pude seguir siendo.

No he tenido hijos, pero he sido madre.

He sido un hijo al que se le ha dicho "te quiero".

He visto crecer a mis padres y a mi hermana.

Temprano, dejé mi casa y también tuve que regresar, para volver a partir.

Disfruté la comida de mi mamá y también le di de comer.

Disfruté de las rodillas de mi papá hasta grande y también lo curé.

Me chupé el dedo hasta cuando supe que algún día dormiría con alguien.

He visto a mis padres besarse y también los he visto separarse a pesar de quererse para siempre.

Me bañé con mi hermana y es una de las amigas a las que más quiero.

Sólo tengo una amiga. Pero no sé si es mi compañera de colegio, mi madre, mi hermana o mi prima. A las cuatro les digo eres mi mejor amiga.

Quiero a mis amigos y mis amigos me quieren y a veces se atreven a abrazarme.

Ninguno de ellos, nunca me invitó una droga y me explicaron lo que se sentía para que no me llame la atención, a pesar de que algunos de ellos están remetidos en ese mundo y no les entiendo mucho cuando hablan.

He alimentado un murciélago y un cernícalo y también maté un gato.

Estuve por casarme con el hombre que creí que era el de mi vida.

Conviví con otro y me enamoré de otros más.

Escribí, pinté, hice música y cosas locas por ellos.

Algunos también hicieron cosas locas por mí.

He caminado por una calle en la que no hubo carros, sinó, tan solo árboles, pájaros todos distintos y cantaban como si fuera primavera, en invierno.

También he seguido guerras y son terribles.

Me he asustado mucho, enormemente.

Luego entendí muchas cosas aunque hay otro millar de cosas que no entiendo.

Aprendí que se puede mejorar las cosas desde abajo y en chiquito.

Dudé de mi credo y luego volví a creer, porque pedí siempre que no se me acabe la fe.

He querido morirme y no lo he conseguido.

He logrado no morirme cuando todo estuvo en favor de eso.

He tenido que tomar la decisión de dejarme morir o seguir viviendo.

Conozco la bravura del mar y la gentileza de un desconocido que me rescató sin cansarse hasta lograrlo.

He hablado con Dios muchas noches y mañanas y tardes.

Sé que es más hiriente y perdurable el dolor del alma que el del cuerpo.

Sé que hasta eso se puede perdonar.

He sido iracunda y mala y también tolerante y sonriente.

He llorado a voz en cuello y me ha dolido la cabeza de tanto reír.

He jugado con un niño como si yo misma fuera de su edad.

He caminado sin zapatos en la calle, de día y de noche en verano.

He visto arrugadas mis manos antes de los veinte años.

Me he sacado canas.

Me he hecho pruebas de embarazo.

He buscado tener un hijo.

Aprendí a sortear obstáculos y a veces he buscado caerme por ellos.

Me he emborrachado y he vomitado en la calle.

Escalé un nevado que hoy casi no existe y me fumé un pucho en la cima.

Me he bañado en la sierra con agua helada.

He montado una yegua desbocada por la orilla del mar durante un ocaso.

He comido caracoles.

Le di de comer a un hombre.

He dado de brincos en la calle y he gritado como desaforada.

Sé lo que es dar gracias por estar viva después de haber despreciado la vida.

Quiero decir, que con esto, no me siento nada más, que un ser, al que sí le falta aprender muchísimo más pero que agradece por haber aprendido un poquito y disfrutado bastante.

***